jueves, 13 de mayo de 2010

Mientras tanto yo, José Vicente Henríquez

Voy contándote como un posible sueño
voy, lentamente, 
tragando hilos de distancia hasta encontrarnos
acompañándote en las vidrieras
en las pausas de algún semáforo 
en tu silencio más solitario, voy
Cada día viajo y vienes
chocamos en un punto medio, viviéndonos
nos rozamos 
con tanta brisa de por medio.


Sobrepeso, Bendert

Las miradas en vuelo de gaviotas
Sobre ti pasean, Te ignoran.
Flor indeseada de obesas espinas,
De polen fermentado
De ocasos pétalos moribundos.
Hijos tras hijos desaparecieron la figura
De tu cuerpo y de los recuerdos juveniles
De aquel que cada noche, inconsciente,
Duerme a tu lado, en el pedacito de cama
Que tú le dejas.
A diario amargas más tu vida
Viendo en el espejo, ilusionada,
La mujer de antes.
De repente te hablan, en desorden, unos pasos
Sedientos, hambrientos que se acercan,
Y como enredaderas se aferran a ti
Sus seis brazos que apenas si pueden abrazarte.
Bajas la mirada y la vuelves al espejo…
Divina mujer con sobrepeso.

Infante, José Vicente Henríquez



M:


Me sentiría diminuto si sonríes,
si durante mi discurso seguro y persuasivo
de pronto notas
que tanto semblante maduro,
tantas vivencias y libros
son un chiste
ante el pésimo nudo de mis trenzas.


P.

sábado, 8 de mayo de 2010

Ábreme, Bendert

Ábreme…
Recogeré en tu baño el cuerpo de aquel hombre ahogado de amor prohibido.
Recogeré los pasos que camine en tu ausencia.
Recogeré el silencio que dejé bajo tu cama,
Escondiéndome de tu madre.
Recogeré el nervio olvidado en tus sabanas,
La erección producto de tus caricias.
Recogeré mi lengua de tu boca que deje en un beso.
La mirada morbosa impregnada en tus senos.
Recogeré mi olor de tu cuerpo,
Mi nombre de tu memoria.
Recogeré todas y cada una de las sonrisas
Que pintaste para mí.
Recogeré tus gemidos a viva voz, las exaltaciones,
El miedo que sentiste.
Recogeré el primer beso, la vez que sobe tu pelo,
Que acaricie tu pecho.
Recogeré los te quiero, los te amo
Y también los te adoro.
Recogeré tu llanto, tus alegrías, tus lágrimas y tus sonrisas.
Y si olvido algo vendré por ello,
Si me abres la puerta algún día.

lunes, 26 de abril de 2010

Postdata 4, José Vicente Henríquez


"Las miradas de tus ojos son tan sutiles,
que penetran en el alma de quien los mire"

Soledad Bravo



Tu mirada, láser infalible
derrite mi imagen con solo verla
provoca que
escurrida, sudorosa, líquida
ella penetre tus ojos,
puertas únicas del sueño,
meciéndome en tu antojos
sabiéndome de ti...

Orillados, José Vicente Henríquez

"...soy como un contrato que se archiva
una noche de debut y despedida"

Los Angeles Negros 


He llegado a concluir
que esta brisa loca - enlunada - marina
se está llevando el encanto
a sorbo ahogado
en violentos soplidos.
Basta el sonido del mar bravo
y quién sabe cuantos botes crujientes
para pintar con palabras las encrespadas olas
donarlas a su vaivén interminable hasta enmudecernos.
Ni manos juntas
ni espaldas desechas en la arena
ni juegos ciegos
ni la misma poesía
te permiten sostenerme fuerte
atar mis cabos en tu pecho libre.
La bruma, poco a poco
difumina pequeños espacios
como a las flotantes luces
(aquellas pequeñas y distantes)
de donde la vista alcanza... 



(A la notable despedida que en la orilla conversa...")
José Vicente Henríquez

Y aunque ya no estas, Andrea de Voz

De esa forma que aunque se espera conscientemente,
no se comprenderá jamás,
te vas sin dejar semillas en el mundo,
pero dejando huellas perdurables en este corazón que siempre supo quererte,
sin reproches porque nunca me sentiré tan afortunada como para hacerlo,
ni tan desdichada como para permitirlo,
por que en mi quedan todos y cada uno de los recuerdos
que me permite esta injusta memoria que a veces tengo.

Por que alguna parte de mi revive con tu partida,
es que se siente tan sublime y hermoso,
tal cual se lee un poema al que se le pronostica final feliz,
como dulce fragancia, como…

Y es que todo se prosigue,

No pudo nunca una mujer tan llena de virtudes,
procrear un alma que de ellas carezca
y aunque el cuerpo se equivoca y se corrompe en su afán de vida,
es el corazón quien renace en la lucha.

Me podrán faltar amigos,
pero insignificante se vuelve, cuando tienes una verdadera familia,
Si hay algo que siempre ha influido en mi vida,
es saber que cuento con todos ustedes lejos o cerca,
siempre han estado hay, apoyándome, apoyándonos,
ni siquiera rencores pasados que nunca nos han pertenecido,
pero que de una forma nos afectado han hecho que eso cambie.

Y es que todo es importante,
así como siempre me hiciste saber que era para ti,
jugar contigo,
comerme tus locas comidas que siempre eran de lo mejor,
pelear por el paseo en la moto,
coger escondida tu maquina para escribir bobadas,
ayudarte a poner los “sellos”,
esperarte todos los días para que me llevaras al colegio
y obvio claro coger mis quinientos pesos,
siempre serán recuerdos que estarán ahí. 



Andrea De Voz

miércoles, 14 de abril de 2010

Facetas, José Vicente Henríquez

Debe ser deseo lo que se siente cuando sus ojos transpiran algo más que un simple trato y su sexo le atribuye a la imaginación la facultad de dar ánimos. Debe haber deseo cuando al caminar hay más de una entidad resaltante a sus ojos y estos, al parecer, están siempre prestos a buscar absurdos que cumplan fielmente con el perfil de un amor. Hay que obligarse por prudencia, hay que diseñar ciertas maneras de descarada dignidad que aparenten, por lo menos, algún bienestar mental. 
Tales conclusiones se desprenden de aquel mediodía cuyo transcurso normal no presentía la serie de descubrimientos que estaban por sorprenderle. El auto, la insistencia, la conversa y la propuesta, la cama, el baño y luego aquella sensación de desaire interno, de traición a lo que tanto había logrado mantener preso que le invadía mientras cumplía con su horario laboral. El silencio, si todo mundo supiera leer los silencios hubieran hallado en el suyo y en el vacío plasmado en sus ojos una respuesta. Pero los demás también callan y se regodean en sus vidas propias que vienen a representar miles de mundos paralelos a este, los demás también callan y sabían muy bien que no era persona de detenerse a preguntar.
Distinguir entre ternura y debilidad carnal es difícil cuando se tiene una predisposición a la más entregada de ellas. Es que  su debilidad carnal es tal que la ve representada en cualquier deseo de paso, en cualquier transeúnte con cinco extremidades visibles… y una oculta. No le importa saber si es ternura, su lujuria le conduce simplemente a descargar su afán en lo que supuestamente para sí es una señal de amor.
La reunión diurna realmente fue incómoda, sobre todo cuando se trata de revivir amistades ya muertas y existe ese gran hueco resultante del mucho tiempo sin verse, sin embargo, allí estaba tratando de mezclarse entre los mortales, entre los seres más comunes para olvidar un poco su crimen de horas antes. “No entenderían” repetía una y otra vez en su mente para lograr justificar su permanencia en grupo.  
Aún puede decir que “no entenderían”, aún es así. 
Pero sí, es deseo lo que se siente, es lujuria la necia sensación que se estaciona y se queda, que se estanca, que se adueña y se va de la mano con las ganas hasta causar ciertas consecuencias. (04/09/2007)

Fulgores, José Vicente Henríquez

"...mis dedos,
se mueven hacia el cielo imitando tijeras.
Oh, mis dedos quisieran
cortar estrellas"

Alfonsina Storni









Elevar mis manos al aire con tu proxémica actitud es clara señal de que "mis dedos quisieran cortar estrellas". De las mas altas, aquellas que palpitantes nos miran en esta noche, guiñándose. Aquellas que destellan al oír las palabras que me dices al oído y vibran, se encienden todas en matices de un luminoso éxtasis a tu favor.

En momentos, visualizo mis manos contorsionándose gustosas y pienso que son pentagramas que arden en rojo placer por tocarte, estrellas que giran en torno a tu atractiva fuerza de astro central en el intermitente cielo, cúpula de tu desnudez.

Corro peligro. Tales roces pueden incinerarme, hacerme desaparecer en un estallido resplandeciente, en fulgores de rojo vivo en el intermitente cielo, cúpula de tu desnudez.

Te soñé, Gabriela Márquez

Te soñé despierta
Te soñé cubierta
Te soñé en mi cama
Te soñé en mi alma
Te soñé sentada
Te soñé bailando
Te soñé feliz
Te soñé callada
Te soñé intranquila
Te soñé dormida
Te soñé muerta
Te soñé fumando
Te soñé brillando
Te soñé enamorada
Te soñé inspirada
Te soñé besándome
Te soñé en un balcón
Te soñé en un rincón
Te soñé cantando
Te soñé entre la lluvia
Te soñé desnuda
Te soñé riendo
Te soñé fingiendo
Te soñé luchando
Te soñé suspirando
Te soñé libre
Te soñé lejos de aquí
Te soñé en el más allá
Te soñé fuera de mí
Te soñé detrás de mi espalda
Te soñé entre jardines
Te soñé entre desiertos
Te soñé pudorosa
Te soñé deseosa
Te soñé y no me arrepiento
Te soñé Elena, te soñé más de una vez
Te soñé entre varios entornos
Te soñé y te medité
Te soñé y te sueño
Te soñé y lloré porque quiero que seas mi realidad y no un simple sueño. 

Te guardo en el recuerdo, Danioro

Recuerdos
Días
Horas...

Muchos momentos
han pasado por el frente,
pero son esos momentos,
los que hemos pasados,
que se quedan en mi memoria.

Logras que vivamos cosas bellas,
momentos que taladran mi cerebro,
que se esconden pero no se olvidan,
que están allí.

Recuerdos!!
que mejor tesoro,
que aquel que no nos pueden quitar??
que mejor tesoro que el escondido dentro??
el que se mete en un cuarto,
el que esta dentro del corazón.

Si bien el corazón es para algunos un musculo,
para mi es la fuerza,
la vida,
el amor,
es mi simbología,
quizá para los cristianos satánica,
quizá para los niños de colores,
para los doctores un estudio,
para mi,
es mucho,
porque me gusta guardar dentro de el,
el AMOR y TUS recuerdos!!

Recuerdos, que se que no volverán,
recuerdos que me enseñan a ser mejor,
que me tiran por un precipicio,
y me agarran al final!!

Se también,
que algunos de nuestros recuerdos,
son tristes,
son malos,
pero son los que nos advierten que,
algunas cosas se pueden evitar!!

No quiero reiniciarme,
no quiero suicidarme,
quiero recordarte,
para caminar adelante,
contigo a un lado!!
es delicado, fresco, lindo,
Me hace sentir vivo,
porque cada día puedo tener
nuevos momentos y decir
que cada vez que estas a mi lado,
un recuerdo se añade al cuarto de mi corazón,
donde pierdo y tomo mi razón,
sin dejar de verme a mi mismo,
ni vivir en el pasado!!

Avanzo porque tu estas conmigo!!
no me atrevo a decir que causas tristezas,
sino que superamos obstáculos,
que no debemos olvidar
para que no crezcan los muros de nuestro corazón.

Quiero que hayan mas recuerdos
como este,
para que nuestros lazos
sean fuertes de verdad,
y así permanezcan con los recuerdos
en un cuarto especial de nuestros corazones.

Amo Recordarte
Amo Guardarte!!

A Dios Padre,
Gracias por Amarme,
Perdonarme y seguirme siendo fiel,
así como ayo a El,
Gracias Doy a EL
por dejar que existan tus Recuerdos. Amén

Perfume, Gabriela Márquez

¿Plantearme con otra persona las cosas que planteé contigo?

No puedo.

No existe nadie tan nauseabunda y tan hermosa como tú. Acá todo huele distinto, todos tienen un olor común y hogareño porque comparten sus vidas. Tú eras única. Estoy recortando esta figura quitándole las imperfecciones y preparándola para ese putrefacto recinto público. Modelando filamentos para que queden insensibles.

No pretendo encontrar la diferencia en una tarea cansona y para alguien que está en ruinas significa una odisea. Me voy a dejar hipnotizar por las sirenas a ver si el celofán tornasol me cautiva y me engaña.

La verdad duele y por eso doliste tú. 

Etéreo, María Inés Navarro Hernández

Un corazón que palpita débilmente en un lugar abarrotado…
Una, dos, tres, incontables expresiones junto un millar de vidas, todas reunidas en un punto finito del universo que concordaban con su existencia….
¿Por qué? No lo sabía…
¿Cómo? No se lo explicaba…
Pero,
Ella estaba tan cerca como un susurro y tan lejos como un cuerpo celeste.
Con su recuerdo junto a su corazón y su presencia al otro extremo del mundo.
¿Echar de menos? Aquella frase no daba abasto para expresar el acopio de sentimientos que guardaba en su frágil y consumido pecho.
¿Alguna salida? Tal vez la muerte.
¿Proclamarle su amor? Demasiado inconsciente e ingenuo.
Y ahora… él estaba perdido en un valle sin límites donde la soledad hacía su visita más por lástima que por sensatez.
Y ahora… él solo repasaba memorias vacías de algo que nunca ocurrió.
Su cordura la había olvidado en el ayer y ella le había arrancado el alma casualmente.
No era más que un miserable truncado.

Ya no te amo, María Inés Navarro Hernández

No,
No hay más canciones de amor que inunden mis oídos y que sugestionen mi cándido criterio.
No,
No existen más recuerdos que calienten mis noches gélidas cubiertas por la más lúgubre oscuridad.
No,
No quedan besos mortales que reverdezcan en mi memoria.
No,
No escucho tu risa embriagadora que me atrapaba en el más inverosímil sortilegio.
No,
No hay libro donde estampar nuestras historias.
No,
No eres la pieza ideal que completa el rompecabezas de mi vida.
No,
No existe un “nosotros”.
No,
No estás, no te odio, pero tampoco te amo.

Tu torso es blanco velamen, cómplice es mi sonrisa (José Vicente Henríquez)

En horas de mediodía no es sensato rasgar el fino lino blanco de tu camisa a medio cerrar. Tales impulsos son más fascinantes en la antónima soledad de la medianoche donde el despojarte, no solo de tu camisa, sino de ese jeans carcelario es justo y necesario, irremediable.
Por momentos, siento que se nos desgasta el tiempo en una sobreactuada conversa distante que debe respetarse debido a la evidente claridad de tu auto - corcel, a la posible mirada de algún transeúnte, conductor o pasajero conocido que pueda traernos consecuencias.
Desde el arabesco de tus pies, subiendo por tu ardiente centro y hasta tu desnuda frente, hay deseos de mi. Por cierto, hay días como éste donde sin besarme, puede percibirse que hasta el aire que exhalas, abrasador, va impregnado de mi.